EL PAIS DE “GRACIAS Y
POR FAVOR”
Amador es un niño exigente, de
esos que dicen: “quiero esto”, y se lo tienen que dar al momento. Es como si
pensara que todo el mundo le debe algo. Si queréis comprobar lo que os digo,
escondeos detrás de aquel árbol y escuchadlo vosotros mismos.
-¡Oiga, señora! ¿Qué hora es?
-Querrás decir: por favor – le responde
el niño con una amable sonrisa.
-No, quiero decir lo que he dicho
– dice Amador malhumorado: pero como ya veo que usted no me lo dice, se lo
preguntaré a ese niño ¡Eh tú, chaval! ¿Qué hora es?
-Querrás decir: por favor – le responde
el niño con una amble sonrisa.
-¡Moscas! Pero, ¿qué pasa en este
lugar? ¿Estáis todos mal de la olla? ¡Pues que os zurzan! Cogeré el autobús y
me iré a otra parte gruñe Amador, enfadado, y le grita al conductor del autobús
-: ¡Eh, pare, pare!
Pero cuál será su sorpresa cuando
ve que el autobús pasa de largo.
-¡Moscas!, exclama, enfadado -,
Pero… ¿por qué no para? Está bien me iré andando.
-Gracias por haberme elegido para
caminar.
Amador pega un respingo. ¿Quién
habrá dicho eso? No hay nadie a la vista…
-Por favor, mira hacia tus pies,
yo estoy debajo.
Amador mira debajo de sus pies y
solo ve la acera. Entonces piensa: “¿Una acera que me da las gracias por
pisarla? ¡Moscas!, esto ya es demasiado, me largo a otra parte”. Y echa a
andar. A un lado y a otro. Va furioso, sin fijarse donde pisa.
Finalmente llega al mismo parque
de antes. En realidad, solo estaba dando vueltas en círculo.
-¡Uf, que cansado estoy!,
exclama. Me sentaré un rato en este banco.
Pero el banco se echa hacia atrás
y Amador se pega un batacazo.
-¡Moscas! ¿Qué le pasa a este
banco? ¡Se ha movido! Y el árbol también se ha alejado de mí. Y las flores
también se van. Y ahora el sol se esconde detrás de una nube. ¿Qué es lo que
está pasando? ¿Por qué se van todos? – grita y patalea.
-Quizás te has olvidado de ser
educado – le dice el hada Mandolina.
-¿Qué chorrada es esa? – responde
Amador malhumorado.
El hada Mandolina le pide al sol
que le explique a Amador por qué se esconde.
-Llevo toda la mañana
calentándole y ni las gracias me ha dado.
-Ni a mí por mi sombra – dice el
árbol.
Ni a mí por el descanso – dice el
banco - ¿Lo ves? – dice el hada. Desde ahora no olvides que con “gracias” y “por
favor” vivimos todos mucho mejor.
Amador vuelve a casa cabizbajo y
se acuesta pensando en las palabras del hada. Al día siguiente, antes de irse
al colegio, le dice a su madre:
-Adiós mamá, y muchas gracias por
el desayuno tan rico que me has preparado.
-Hijo de nada, me alegro de que
te haya gustado.
Luego le dice a su padre:
-Por favor, papá, ¿podrás
comprarme una caja de colores en la papelería que está al lado de tu oficina? Y
por cierto, dale las gracias a tu amigo Manolo por las chapas.
-¿Qué le pasa a Amador que da las
gracias y pide por todo por favor? – dice su hermana.
-Porque he comprendido que con “gracias”
y “por favor” vivimos todos mucho mejor.
COMENTARIO:
Procedencia |
No hay comentarios:
Publicar un comentario